Se acerca el buen tiempo, y ya es común en ciertas zonas ver a personas que exponen una mayor superficie de su piel al sol. ¡Y es maravilloso! Sin embargo, quiero contarte algo que debes saber, ya que la mayoría de las personas que atiendo coinciden en esto: es un factor clave cuando deseas quedarte embarazada.
La importancia de la exposición al sol
Uno de los principales errores es no exponerse al sol durante todo el año, sino solo cuando hace calor y el sol «pica». Nuestra salud reproductiva necesita el estímulo solar de forma constante para numerosos aspectos clave, entre ellos la síntesis de vitamina D.
¿Influye la vitamina D en el embarazo y la fertilidad? La respuesta es sí. La vitamina D, también conocida como «la vitamina del sol», es en realidad una hormona que interviene en muchas funciones orgánicas, incluida la capacidad de crear vida. Por ello, mantener niveles óptimos de vitamina D es fundamental para la fertilidad.
Es importante recordar que necesitamos vitamina D durante todo el año, no solo en verano. Además, para que esta vitamina cumpla su función, debe unirse a un receptor específico. Nuestro organismo produce estos receptores en función de la cantidad de vitamina D que recibe. Si solo tomamos el sol en verano o recurrimos a suplementos con dosis excesivas de forma esporádica, el cuerpo no generará suficientes receptores. En consecuencia, una gran parte de la vitamina D sintetizada o ingerida no será utilizada correctamente.
El error de evitar el sol con protección excesiva
Otro error común es aplicar protección solar en todo momento y evitar la exposición directa al sol. La clave está en mantener una relación equilibrada con el «astro rey»: si lo disfrutamos con moderación, nos beneficiamos de sus propiedades sin sufrir daños. Sin embargo, si nuestra piel está constantemente cubierta por crema solar o nos exponemos al sol a través de cristales (como cuando estamos en el coche o tras una ventana), la síntesis de vitamina D se ve bloqueada. Los rayos UV, necesarios para su producción, no penetran de la misma manera.
Conclusión: optimizar los niveles de vitamina D para la fertilidad
Para crear vida, necesitamos niveles óptimos de vitamina D, situados entre 50 y 60 ng/ml. Para lograrlo, es fundamental exponerse al sol a lo largo de todo el año, adaptando la duración según la estación y la latitud.
Si los niveles son bajos y vives en un lugar con muchos días nublados, la suplementación es una opción recomendable. No obstante, es crucial elegir la forma adecuada: la vitamina D3 (colecalciferol) es preferible frente al hidroferol, que algunos profesionales aún recomiendan pese a estar desactualizados. Además, si no padeces coagulopatías ni tomas anticoagulantes, se recomienda combinar la vitamina D3 con K2 para una mejor absorción. Una excelente opción es el suplemento D3+K2, disponible aquí: Belevels D3+K2 (código de descuento: CARMENMARTÍN).
En definitiva, ¿influye la vitamina D en el embarazo y la fertilidad? Definitivamente sí. Asegurar una exposición solar adecuada y, si es necesario, una suplementación correcta, puede marcar la diferencia en tu camino hacia la maternidad.